...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

viernes, 25 de enero de 2013

Campagnuolo, un invitado en la historia

No es habitual cuando uno repasa la historia de la Unión el encontrar jugadores pertenecientes a clubes rivales, que no han vestido ni un solo minuto la camiseta blanquinegra, que puedan llegar a sustentar sobre su figura un recuerdo más intenso, que muchos otros que sí lucieron el uniforme unionista pero que no tuvieron ningún punto de inflexión relevante a lo largo de su trayectoria.

En el caso de los porteros rivales puede ser algo más frecuente, ya que cualquier acción desafortunada o tarde aciaga de aquellas en las que buscaron bajo las redes más de 4 ó 5 balones, puede dejar su nombre escrito en el capítulo de invitados de la historia de un club, el que fuere, sin haberlo defendido nunca.

El paso de los años y la ausencia de fuentes consultables por mi parte no me permiten hacer justicia a alguno de los porteros que como el de la Gimnástica Medinense del 66 que encajó 13 goles, o aquel del Carabanchel que recibió 12 en 1935 en el Calvario; hubieran podido merecer una entrada en el Blog como porteros más goleados por la UDS en un mismo partido, convirtiéndose así en los “Bonellos” particulares de nuestro pasado.

Pero el caso de Gustavo Jorge Campagnuolo (Ituzaingó-Argentina 1973- ) merece mención aparte, no es, lógicamente el portero más goleado por la UD.Salamanca en un solo enfrentamiento, pero el hecho de recibir los seis goles en primera división; en lo que todavía es hoy la goleada más importante de nuestra historia en la élite y hacerlo el día que debutaba en partido de liga en España; hicieron del encuentro de aquella tarde del Domingo de Resurrección del 98 frente al Valencia CF; algo inolvidable para la Unión, los unionistas y sobre todo para Campagnuolo.

Los jugadores de la UDS celebran el golazo de Rogerio, 1-0, de aquel encuentro ante la mirada perdida del portero valencianista Campagnuolo. FOTO:MORGAN

Suplente de Zubizarreta en el Valencia de Valdano del 97, llegó del fútbol argentino procedente del Deportivo Español de Buenos Aires, esperando una oportunidad bajo los palos de la liga española para no desaprovecharla.
Tras la lesión de Andoni Zubizarreta previa al partido en el Helmántico, Ranieri, que había sustituido a Valdano en el banquillo “ché” en la tercera jornada de aquella liga; le dio dicha oportunidad en Salamanca en detrimento del canterano Jorge Bartual.

El resto, es conocido por todos, un vendaval de intensidad y acierto llamado U.D.Salamanca aquella tarde, pasó por encima del Valencia y de Campagnuolo; provocando no sólo el sonrojo del valencianismo si no la sentencia de un espigado arquero que quedó marcado para siempre por los goles de Rogerio, Lanna, Pauleta, Silvani y Sito; que provocaron que tras una nueva oportunidad en Mestalla en la jornada siguiente fuese Bartual el que le relevara en el marco hasta la recuperación del guardameta vitoriano.

Campagnuolo se inclina para recuperar uno de los balones que perforó su portería aquella tarde. 
FOTO: BARROSO

Gustavo Campagnuolo, pasó así no solo a la historia de la UDS si no a la historia del fútbol español al convertirse en uno de los guardametas que más goles encajaba el día de su debut en la liga española.
De este modo fue reflejado por Canal + en este reportaje, emitido el día siguiente del encuentro, sobre el protagonista del partido, que hoy rescato en el Blog para su recuerdo.


Maravilloso partido de la Unión aquel, que aún en la lejanía de los quince años pasados, me sigue pareciendo reciente; no tanto en la comparativa deportiva que actualmente asola nuestro presente; si no en las sensaciones que tengo cada vez que refresco estas imágenes de mis viejos VHS, y me parece revivir en aquella grada de Fondo Norte donde me encontraba junto a los míos…el golazo de Rogerio y su hondo clamor; el golpeo seco de Pauleta al fondo de las mallas, la mano de Lanna, la parada de Stelea a todo un Mendieta, el salto de Sito marcando todos los tiempos, la volea de Giovanella… y nuestras miradas y nuestras sonrisas y las olas…


No depende mi unionismo de días como aquel; pero cuando todas las circunstancias positivas del fútbol se reúnen en un estadio un mismo día y a una hora concreta; la grandeza del deporte puede lograr que el pequeño se convierta en gigante; y que aquellos seis goles que aún son el cénit de nuestro acierto en primera; lograran, por una vez, como pocas otras, que saliera del Helmántico flotando un palmo por encima del suelo, y que al recordarlos hoy con anhelo; sienta con la emoción del que estuvo allí; que yo también formé parte de aquel 6-0, de su historia, de aquella inolvidable tarde de Abril de 1998, en la que junto a ellos, abrazándonos hasta seis veces, hicimos debutar a Campagnuolo.

Los jugadores de la UDS celebran el gol de Silvani, que fue el 5-0 de aquella goleada, ante la poblada grada de Preferencia.

FUENTES: TVE, Canal +, La Gaceta Regional de Salamanca, Fotos Morgan y Barroso, Diario Marca

sábado, 19 de enero de 2013

El debut en el Nuevo Chamartín en 1948

Aunque el estreno más recordado en el estadio Santiago Bernabéu por parte de la U.D.Salamanca fue el que tuvo lugar en Febrero de 1975 en la primera temporada en primera división, para enfrentarnos al Real Madrid (ver: Bienvenidos a primera); el debut en el mítico campo de la capital de España se produjo bastantes años antes.

El 28 de Noviembre de 1948 poco menos de un año después de su inauguración, en el que desde 1947 a 1955 fue conocido por el “Nuevo Estadio de Chamartín”, en 3ª división, en partido matinal, frente al Plus Ultra y vestidos de blanquinegro, se presentó el once charro por primera vez sobre el verde del que en la actualidad sigue siendo uno de los principales templos del fútbol mundial.

Imagen de aquel debut, en la que nuestro cancerbero, Floro, despeja por alto el esférico ante el acoso de dos delanteros madrileños; ante la atenta mirada de su compañero Paquito y la abarrotada grada preferente del, en aquel momento, recientemente inaugurado "Nuevo Estadio de Chamartín".

Bajo sus imponentes gradas, que ya en aquel 1948 podían albergar a más de 50.000 espectadores, disputaron Plus Ultra y U.D.Salamanca un partido en todo lo alto de lo que por aquel entonces fue considerado un duelo en la cumbre, entre el primer y segundo clasificado del grupo cuarto de la 3ª división de la temporada 1948-49.


El partido; iniciado a las 11 de la mañana y en el que formaron bajo la batuta del colegiado alicantino Sr.Llopis: González, Nino, Navarro, Romeo, Pérez, Elías, Rafa, Ricardito, Pachichu, Urrea y  Pintos por el conjunto madrileño y Floro, Párraga, Paquito, De la Mata, Escudero, Gutiérrez, Nano, Loren, Acedo, Dámaso y Urre por la UDS; finalizó con empate a un tanto, anotando por el conjunto charro el inolvidable Nano, que contrarrestó el gol inicial madrileño anotado por Pachichu, ante la mirada, también, de cientos de aficionados salmantinos desplazados.


Para la posteridad la anterior imagen que inmortalizaba a la expedición charra que capitaneada por su técnico; el valenciano Valentín Reig “Picolín”, pisaba por vez primera aquel nuevo estadio y que llevada por Loren Ruano a la página oficial del club hace unos años; publicó el diario Marca meses después para ilustrar la crónica del partido que en la segunda vuelta de aquel campeonato enfrentó a los mismos equipos en el Calvario salmantino.

Imagen llevada al diario Marca meses después de aquel partido con oportunidad del encuentro de la segunda vuelta que volvió a enfrentar a madrileños y salmantinos.

Temporada aquella de 1948-49, que dejó entre otras, esta efeméride reseñable, y que concluyó con el ascenso de la Unión a segunda división al final del campeonato; en una campaña en la que fue el Plus Ultra el que se llevó el liderato final, concluyendo la UDS en segunda posición debido al sorprendente empate en la última jornada frente al colista Zamora, pero favorecida para el ascenso por la reforma de la división de plata que para la siguiente temporada (1949-50) modificó su estructura, constituyéndose en dos grupos (Norte/Sur); provocando así, que desde tercera, aquel año, procedentes de sus seis grupos territoriales llegaran a ascender hasta 18 equipos a segunda al final de la campaña.


sábado, 12 de enero de 2013

Illa, illa, illa...

Hubo un tiempo, allá por mediados de los 90, que en mi casa se activaba el vídeo automáticamente todos los lunes a eso de las dos y veinte de la tarde, para grabar el resumen de los partidos de la Unión que emitía el telediario Regional de la primera cadena.

Uno tras otro y en ocasiones, desgraciadamente, alguno encima de otro, se grabaron las imágenes de aquellos encuentros, que impaciente visionaba cuando llegaba a casa después de clase un poco antes de las tres de la tarde, para revivir las sensaciones que el día anterior había sentido in situ en la grada del Helmántico si el partido había sido en casa o poder ver los goles, que en partidos como visitante, había escuchado narrados en las ondas de la SER o la Cope de aquellos años.

Si hubiera sabido en aquel momento que unos veinte años después estaría escribiendo un Blog como este, seguro que hubiera empleado más cintas o al menos hubiera intentado no grabar resúmenes encima de otros resúmenes como así sucedió…lástima.

Aún así, en aquellas viejas cintas que aún guardaba en casa, se conservaron, gracias al azar del por qué unos sí y otros no, más de una decena de fragmentos de partidos de aquellos años; varios de la 94-95 en segunda división, de las 95-96, 97-98 y 98-99, éstas en primera y algunos ya colgados anteriormente en el Blog correspondientes a la temporada 93-94 (Estadio Insular, punto de inflexión y Un minuto: ¿sesenta segundos?).

Recuperadas y digitalizadas algunas de ellas en mi última visita navideña a Salamanca; incluiré entradas a partir de ahora en el Blog entre las habituales, de aquellos partidos resumidos y desempolvados, que conservaba en aquellas estanterías donde los guardé con mimo, intentando con ello, no sólo ampliar con nuevos contenidos la página; si no al fin y al cabo poblar la memoria de imágenes en movimiento olvidadas, de aquellos años de fútbol de mi adolescencia charra en los que juntos, muchos con la Unión, tocamos el cielo.


El primer resumen rescatado corresponde a un partido de 1994, en segunda división, frente al CD.Toledo; en lo que fue la primera goleada del equipo de Lillo en aquella temporada del ascenso; ante un rival que había estado a punto de ascender a primera división la temporada anterior en la promoción frente al R.Valladolid y que contrapronóstico se presentaba aquella tarde en el Helmántico en puestos de descenso de la categoría.
Aquella goleada también sirvió de revancha parcial, sobre aquella dolorosa derrota por 5-0, que en el debut de Lillo en el banquillo charro dos años antes nos infringió el equipo verdiblanco en el Salto del Caballo, en un duelo aquel, en la cumbre  del grupo primero de la 2ªB de la temporada 92-93.

Los socios unionistas que por aquellas alturas ya sabíamos que la Unión jugaba como los ángeles, disfrutamos de una segunda parte antológica en la que se anotaron los cuatro goles, y en la que destacó sobremanera un genio, Joan Barbará Mata, que con dos goles maravillosos en su definición y una asistencia memorable, hipertrofió aquella tarde mi admiración por su figura.




FUENTES: La Gaceta y TVE.

miércoles, 2 de enero de 2013

El descenso del 85 en el Heliodoro

“¿Cómo vamos, papá?” - preguntó asomándose tras el umbral de la puerta de la habitación de sus padres -.
Un ligero movimiento de cabeza y el silencio, sirvieron como respuesta bajo el sonido de la narración radiofónica de aquel partido de fútbol.
Pocos minutos después, cuando desde su habitación dejó de oír el soniquete del transistor, supo que definitivamente, todo había acabado.
Renglones bajo una luz – 2013.

Siempre que toca volver al Heliodoro, se hace difícil poder evitar el recuerdo de un partido que a pesar de los años pasados sigue superando en la memoria, por transcendencia, a todos los jugados en la capital de la isla de Tenerife.
Triste y dramático recuerdo el de aquel enfrentamiento del 85 que supuso el final de una etapa gloriosa en la élite, aquella que siempre se catalogó como la etapa dorada de nuestra historia, y que deparó el final de todo lo que ininterrumpidamente se construyó durante la ascendente línea que se inició 13 años antes, en el 72, con García Traid en el banquillo y que se enterró para siempre, con Traid también, aquella tarde bajo la mirada de las pobladas gradas del Rodríguez López y ante la perplejidad de todo el unionismo que sufría pegado al transistor en la península, como nunca antes lo había hecho.

Tras una nefasta campaña (Ver: “El increíble equipo menguante”), en la que fuera de casa se perdieron 14 de los 19 partidos jugados, y con una sola victoria a domicilio a lo largo del curso; la Unión se presentó a aquella ultima jornada con el reto, como visitante, de tener que ganar a un rival directo por la salvación…algo que nunca se supuso como sencillo de conseguir a lo largo de aquella semana de cábalas antes del encuentro.
A aquella última jornada, del 19 de Mayo de 1985, en una segunda división con 20 equipos y cuatro plazas de descenso a la categoría de bronce; con Lorca y Calvo Sotelo ya descendidos ocupando irremediablemente las dos últimas plazas de la tabla, la UDS llegó con 33 puntos, último de un quíntuple empate junto a Granada, At.Madrileño, Bilbao Ath y Real Oviedo, por debajo del C.D.Tenerife con 34 y Deportivo de La Coruña con 35 puntos que cerraban el grupo de siete equipos candidatos a perder la categoría aquella tarde.


Los enfrentamientos, caprichosos, como casi siempre, depararon dos duelos directos: Tenerife – U.D. Salamanca y Real Oviedo – Deportivo, y otros tres encuentros con rivales desiguales en sus intereses, como fueron los: Granada – Castilla, At.Madrileño – Castellón y Barcelona At – Bilbao Ath; con equipos sin nada en juego.
Tanto la Unión como el Bilbao Ath; partían en una teórica desventaja al jugar fuera y por las desfavorables combinaciones que en forma de dobles, triples, cuádruples y quíntuples empates les perjudicaban en su mayoría; habiendo incluso carambolas en las que a pesar del supuesto de lograr una victoria y alcanzar los 35 puntos, los enviaban también a segunda división B.

Todos los ingredientes del drama se sirvieron fríos, bajo el sol canario, aquella tarde en las lejanas islas, y la Unión; en forma de equipo acomplejado se vio desbordado por la presión del envite, el ambiente en las gradas y la terrible estadística de ser uno de los peores visitantes del campeonato.
Sólo el tempranero gol del Castellón en el Manzanares hizo albergar alguna esperanza de que aún el empate pudiera servir; pero el gol del Tenerife cinco minutos después, a la vez que llegaba el empate del filial Atlético; convirtieron la tarde en la búsqueda obligada y desesperada de una victoria unionista; que sólo gracias a la sorprendente victoria del Castilla en Granada; permitió pensar durante toda la segunda mitad de los encuentros; que el empate, que también le servía al Tenerife, aderezado con una victoria del Deportivo en el Tartiere o del Barcelona At, en casa, frente al Bilbao Ath; podía salvarnos.

Pero ni empató la Unión, ni perdió el Real Oviedo, ni ganó el filial del Barcelona.
A las ocho de la tarde de aquel 19 de Mayo del 85, Granada y U.D.Salamanca fueron nuevos equipos de segunda división B, y el equipo charro entre lágrimas, deshizo el camino, con la misma velocidad, en esta ocasión dramática, que en forma de doble ascenso había logrado en 1973 y 74, 12 años antes.


Un partido plagado de nerviosismo desde el pitido inicial, de centrocampismo abusivo incluso, hasta que el gol tinerfeño a los 24 minutos aprovechando Agustín Lasaosa un rechace de la defensa dentro del área modificó el planteamiento charro; pues Lanao y Ángel en punta de ataque maniatados por sus marcadores Voro y José Ramón; fueron incapaces de crear peligro ante la puerta defendida por Aguirreoa en toda la primera parte.


La entrada de Chiqui en el descanso por Juan, desaparecido en la primera mitad, provocó que Luis García se adelantara en el terreno de juego abandonando su posición de líbero, para ocupar un puesto de centrocampista con la intención de llegar con más hombres a las proximidades del arco tinerfeño.
Pero no hubo manera; un Tenerife replegado y ordenado que incluso pudo a la contra anotar más goles ante una Unión que se fue diluyendo, al igual que los minutos, en una intención vana de colgar balones sin posibilidad de remates en ventaja en toda la segunda parte del choque.


La desolación en el Heliodoro Rodríguez López se hizo patente en el equipo, que vistió de rojo aquella tarde, tras el pitido final; en contraste con la alegría de los jugadores del equipo canario que sí consiguieron la salvación.
El míster García Traid se manifestaba en estos términos al finalizar el encuentro: “Alguien tenía que bajar y le ha tocado la “china” al Salamanca”. “En el vestuario estaban todos cabizbajos y medio llorando, es lo lógico por el descenso del equipo; tenemos todos un disgusto muy grande”.

Traid en el Banquillo del Heliodoro Rodríguez López, al fondo Cabrero.

Pero sin duda el que tras el final del encuentro reflejó la cara más amarga de la derrota fue nuestro capitán Enrique (Enrique Miguel Martín – Ciudad Rodrigo 1950- ), que colgaba las botas y el brazalete aquella tarde y que no pudo tener una despedida más discorde a su brillante trayectoria de histórico unionista y jugador de campo de nuestro club con más minutos en la lejana entonces, primera división.

Manifestando a la prensa a la conclusión de aquel encuentro sensaciones como: “Este es el momento más amargo de mi trayectoria deportiva. Siento una tristeza enorme, superior a la de la temporada pasada cuando descendimos de primera división; porque además hoy se produce mi adiós a la actividad futbolística”. Puntualizando sobre las razones del descenso con: “El disponer de un conjunto descompensado y la ausencia de gol, nos ha perjudicado todo el año.”

Un partido triste, en una temporada triste, dentro de una parte de la historia de la Unión, de esas que no apetece recordar la mayoría de las veces y que el unionismo guarda bajo llave en un cajón dentro de otro cajón de nuestra memoria futbolística.
Hoy, ya en año de 90 aniversario, más que nunca soy de los que pienso que la historia la ocupan gestas, triunfos, derrotas y alguna que otra debacle como aquella, y todas, pienso, merecen ser rescatadas.
Aquella tarde de Mayo del 85 estos once hombres en el Heliodoro Rodríguez López, al que esta semana volvemos, pasaron a la historia al culminar y cerrar, para mal, aquel ciclo de 13 años (1972-1985) que aún es entendido en la actualidad, en espera de ser superado, como el periodo más laureado de los anales de nuestra UDS.

Formación de la U.D.Salamanca aquella tarde en el Heliodoro Rodriguez Lopez: De pie de izq. a dcha: César Ferrando, Lozano, Luis García, Bezares, Serafín y Enrique. Agachados de izq. a dcha: Juan, Lanao, Choya, Ángel y Miguel Ángel.
FUENTE: Mundo Deportivo, Diario de Avisos.