...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los héroes del Belmonte

No es demasiado difícil, incluso podría para algunos ser bastante sencillo responder enumerando de carrerilla a los trece jugadores que en Junio de 1995, consiguieron la proeza de remontar un 0-2 en contra y ascender a los altares del fútbol aquella noche contra pronóstico en un Carlos Belmonte de primera…
“Olabe, Sito, Torrecilla, Balta, Josema, Medina, Díaz, Vellisca, Quiroga, Barbará, Quico, Carlos y Urzaiz…”

Pero pasados los años y viendo lejos  aquel histórico momento, sinceramente creo que la respuesta debe ser más amplia… pues no sólo los trece hombres enumerados deben ser considerados los héroes.
Tras la decepción del 0-2 en la ida, no hubo desplazamiento masivo a Albacete; está claro que fue sencillo desplazar 10.000 aficionados a Burgos en el 82 o a Vitoria en el 97, con “casi” todo conseguido antes de aquella decisiva jornada, pero ¿ quién apoyó a la Unión aquella noche en el Belmonte?...¿quiénes fueron aquellos héroes anónimos que, sí, confiaron?
La Gaceta Regional del día después de la proeza, comentaba en su crónica: “…Por parte de Avalancha Charra fueron 20 personas, Santa Bárbara y Brigadas Charras desplazaron a 60 cada una que, junto a los 19 de la Peña Lito completaban la expedición de 150 personas que viajaron en autocares desde Salamanca; la representación salmantina en el Carlos Belmonte se completaba con algunos coches particulares que prefirieron ir por su cuenta. En total algo más de 200 charros que llevaron a su equipo en volandas durante todo el encuentro…”   
A toro pasado, siento envidia sana de aquellos 200 charros… y rescato, hoy, para su reconocimiento, imágenes de papeles añejos, de prensa histórica, de aquellos héroes que no saltaron al campo pero que confiaron y viajaron con la esperanza, aunque difícil, de que en aquel Junio del 95 podíamos volver a ser de primera.







FOTOS: Morgan, EFE.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Grupo

"Los grupos más eficientes son aquellos en los que existe una gran cohesión entre sus miembros."
Manual de psicología deportiva. 2002. Madrid.

Imagen realizada por Morgan que presidía la portada de La Gaceta Regional el día del partido de ida de la promoción a 1ª división de la temporada 94-95 frente al Albacete Balompie y que corresponde a aquel grupo de hombres al concluir su último entrenamiento antes de la gran cita; una cita que tras dos capítulos, nos llevó a primera.


"El entrenador debe saber tratar al grupo como personas de lunes a sábado y el domingo hacerlo como jugadores"
Juan Manuel Lillo Díez (Entrenador de la U.D.Salamanca entre 1992 y 1996)

sábado, 10 de diciembre de 2011

La soledad del hielo

Ser socio de la Unión siempre ha sido terreno reservado a sufridores, más si cabe en una categoría como 2ªB, más si cabe en una temporada para olvidar como esta, más si cabe, siempre que sobrepasamos el 10 de Diciembre y el invierno salmantino empieza a asomarse, cercano, con su habitual crudeza de cada año.

No hay mejor señal para saber que el invierno y sus heladas han hecho acto de presencia en la capital salmantina, que empezar a ver aparecer la escarcha cada domingo posada sobre el césped del fondo sur del Helmántico, nada más asomar con curiosidad la cabeza por el vomitorio de acceso, al entrar al estadio.
Escarcha que aparece y no se va, en semanas de nieve y hielo, y que ni el buen hacer de los jardineros charros consiguen mitigar del todo.

Todavía recuerdo aquellas tardes de invierno en el estadio Helmántico, tardes de doble calcetín, de manta y botas, de frotar y soplar de manos, aquellas en las que el sol asomaba débil por encima de la chapa del techado de tribuna y que desde aquella preferencia, añorábamos localidades de pie, por aquello de saltar para calentarnos…

Tardes de victorias, empates y derrotas, frías, heladas, en las que los pies no entraban en calor ni al volver con la calefacción del coche al cuatro y que sólo mejoraban al llegar a casa, con el olor a la cena de fondo, muchos minutos más tarde del final del encuentro.

En aquella primera división de los 70, los grandes no tardaron en darse cuenta de la idiosincrasia del clima salmantino; el todopoderoso Real Madrid de la época, con los Sol, Amancio, Del Bosque, Guerini y Netzer visitó hace treinta y seis años el estadio Helmántico en una semana de nieves y heladas, que provocó, como tantas otras tardes a lo largo de la historia, la aparición del hielo.

Sol y Robi disputan un balón sobre el hielo, en el encuentro UDS-R.Madrid de la temporada 75-76

Hielo posado donde siempre, bajo la sombra perenne de esa cara norte que es el fondo sur de nuestro estadio, donde si el termómetro duerme bajo cero noche tras noche, el blanco esconde al verde y los jugadores cambian de botas en el descanso.

Once que presentó la UDS aquella tarde de diciembre de 1975 frente al Real Madrid. En segundo plano, la escarcha cubre la zona del área del fondo sur del estadio Helmántico.

Siempre pensé que el curtirse en el sufrimiento de seguir a un club bajo las heladas, los alientos blancos y el frio, serviría en algún momento para algo, hoy desde aquí, lejos de mi grada vieja, se que sí, que me sirvió para querer aún más a unos colores, y darme cuenta hoy de la indisoluble unión que logré con ellos a pesar de la distancia…

El frío, sin duda, curte y une; por eso, en vísperas de guantes, vahos, gorros, dobles bufandas, hielos y escarchas; esas que cubrirán el césped del fondo sur como todos los inviernos; y cuando la soledad del hielo puede ser este año más grande que nunca, por la adversidad deportiva e institucional que nos rodea, quiero pensar que quedan muchos inviernos que vivir con mi UDS, y que año tras año volveré a ver el manto blanco en el césped de fondo Sur y que miraré hacia atrás y estaremos juntos los mismos de siempre, aquellos que estaban el día que jugó el Madrid en el hielo en el 75, pero que también estuvieron y no abandonaron en el 86, en el 87 y en el 93 o en el 94, cuando no jugaban ni el Madrid ni el Barcelona en el Helmántico, aquellos que se quitaron alguna vez los guantes para aplaudir bajo el frio salmantino en gradas de tres mil justitos, y que compartieron su frío y su Unión con el hielo; aquellos que estarán este invierno, como todos los inviernos, pisando la escarcha del año más duro que se recuerda, la misma escarcha que cubrió el fondo sur aquel domingo de diciembre de 1975, en primera, y que pisaba Jorge D’Alessandro y que es sin duda el mejor baremador del unionismo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

¿El gol de Tamayo?

En el minuto 61, Tamayo anota el primer gol del partido. (14 de Junio de 1987).

La mitología del fútbol, aquella que alcanza cotas inigualables en las finales, cuando hay un título en juego o simplemente en partidos decisivos, como aquellos en los que se juegan ascensos y descensos, suele olvidar a algunos goleadores de sus partidos; de igual modo que Aldrin y Collins pasaron a la historia, pero menos, en la conquista lunar del 69; todos los goleadores que abrieron partidos con sus tantos, pero tuvieron un compañero que deshizo un empate posteriormente para ganar el choque; se quedaron allí, en la memoria colectiva pero por detrás, ocultos bajo el telón que es el olvido.

Es fácil recordar que Marcelino nos dio con su cabeza, la primera Eurocopa, la del 64; pero pocos se acuerdan del gol de Pereda que abrió el marcador aquella noche en el Santiago Bernabeu. En 1974, minutos antes del gol decisivo de Müller en la final del mundial de Alemania, también marcó Breitner y los dos tantos de Kempes en el 78, siempre superaron al postrero de Bertoni; dos mundiales después, Burruchaga apagó a Valdano y al Tata Brown que abrieron el marcador en el imponente Estadio Azteca, y recuerdo claramente el gol de oro de Trezeguet en el 2000 frente a Italia, pero no recordaba que Wiltord marcó el empate que forzó la prórroga; Zidane y su volea ocultaron el gol de Raúl, el de Belleti al de Eto’o, el de Alfredo al de Manjarín, el de Marcos Alonso al de Víctor en el 83, e incluso el de Ghiggia al de Schiaffino en 1950; y así, hasta el infinito…en la historia de la Unión, sucede lo mismo, en el baúl de los recuerdos positivos, entre muchos, los míticos goles de Urzaiz hicieron olvidar el inicial de Torrecilla el día que subimos a primera en el Carlos Belmonte; y Pablito Zegarra hizo el gol del primer empate el día del 4-3 al Barça, pero fue olvidado tras el éxtasis final de los goles de Brito y Silvani, en el baúl de los negativos, más de lo mismo, todo el mundo recuerda hasta el dolor, que fue Eizmendi el que nos dejó sin ascenso aquella dramática tarde de Junio de 1987, pero antes de aquello marcó Tamayo… aunque lo hayamos olvidado o queramos olvidarlo.

FOTO: El Norte de Castilla.